sábado, 15 de agosto de 2015

El Angelus



El Ángelus: cuadro del pintor realista francés Jean F. Millet.
En medio de un llano desértico, los dos campesinos se recogen en su plegaria. Sus caras quedan en sombra, mientras que la luz destaca los gestos y las actitudes, consiguiendo expresar un profundo sentimiento de recogimiento.


El Angelus es una devoción católica en recuerdo de la Anunciación y Encarnación del Verbo. Toma su nombre de sus primeras palabras en la versión latina, Angelus Domini nuntiavit Mariæ. Consta de tres textos que resumen el misterio. Se recitan de manera alternante un versículo y la respuesta. Entre cada uno de los tres textos se recita el Ave María.

Su redacción es atribuida por algunos al Papa Urbano II y por otros al Papa Juan XXII. La costumbre que existe de recitarla tres veces al día se le atribuye al rey francés Luis XI, quien en 1472 así se dice que lo ordenó.
Durante el tiempo pascual, en su lugar se acostumbra rezar el Regina Coeli.
Se reza tres veces al dia: a las 6, a las 12 y a las 18 horas.


La Anunciación: retablo realizado por el pintor toscano del Renacimiento Fra Angelico, sobrenombre de Guido di Pietro da Mugello (1400-1455). Está realizado en oro y temple sobre tabla, y fue pintado hacia 1426.


ANGELUS


Angelus Dómini nuntiávit Maríæ.
Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave María, grátia plena, Dóminus tecum; benedícta tu in muliéribus, et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ. Amen.

Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave María . . .

Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave María . . .

Ora pro nobis, sancta Dei Génitrix.
Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.

Orémus.—Grátiam tuam, quaésumus, Dómine, méntibus nostris infúnde: ut qui, Angelo nuntiánte, Christi Fílii tui Incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúmdem Christum Dóminum nostrum. Amen.







El ángel del Señor anunció a María.

Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. 
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita tu eres entre todas las mujeres,
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.

He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra. 
Dios te salve María . . .

Y el Verbo se hizo carne.
Y habitó entre nosotros. 
Dios te salve María . . .

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Oración—Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.


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